miércoles, 24 de octubre de 2007

El grito manso (RESEÑA)

PAULO FREIRE

México, Siglo XXI, 2004, 101 pp.

RESEÑA POR MARCOS J. ESTRADA RUIZ*

* Estudiante del programa de Doctorado en Educación en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM). Integrante de la Cátedra Paulo Freire-Cuernavaca. ceratimarcos@hotmail.com

Paulo Freire ha trascendido de tal manera los campos de estudio y las disciplinas que hablar de él resulta más complicado de lo que podría pensarse. Deseo sin embargo aprovechar la aparición de este “nuevo” texto como pre-texto para hablar de nuevo sobre Freire. Y no es que él ya no esté presente en nuestras reflexiones o en nuestros trabajos; ocurre más bien algo análogo a lo que le sucedía a Levinas con Rosenzweig: está demasiado presente como para ser citado. Mi propósito con esta reseña es claro: utilizar el texto como pre-texto para reseñar críticamente la obra de nuestro autor. Tratándose de Freire no podía ser de otra manera.


Descripción externa de la obra

El grito manso se publicó en su primera edición en Argentina en 2003, con el sello de Siglo XXI. En su edición mexicana se publica en 2004 con la misma editorial que ha arropado la mayor parte de la obra de Freire; la más importante al menos. El libro consta de diez apartados que funcionan como capítulos, de los cuales cinco corresponden a Freire y los otros son de la autoría de quienes organizan y presentan el libro. La edición es inédita para un libro de Freire: por su estilo y presentación podemos decir que se puso mucho cuidado en el acabado, en la composición, en la organización de los textos y, como colofón, en las ilustraciones que acompañan cada reflexión de nuestro autor. No se había publicado un libro de Freire con tales características, aunque sí libros sobre Freire. Resta discutir si efectivamente éste es un libro de Freire, ya que al ser póstumo y por la “presencia” de otros autores que “ocupan” la mitad del libro, puede que sea un libro sobre Freire, a diferencia de lo que fuera su “última” obra formal y póstuma: La pedagogía de la indignación (2001), que es efectivamente un libro de Freire.


De la composición interna

Los textos que se presentan no están organizados por lógica alguna, sino que el lector debe inferir de dónde provienen pues quien presenta la obra, Roberto Iglesias, hace una breve semblanza de nuestro autor y no presenta los textos que le seguirán.

Probablemente para la edición Argentina no hacían falta ciertas aclaraciones, pero al salir de ese contexto aquéllas se hacen indispensables. El primer texto es de Roberto Iglesias y se titula “Trabar con la gente” que es, como dijimos, una breve semblanza de Freire; el segundo texto corresponde a los coordinadores de los seminarios que se presentan, Orlando Balbo y Augusto Bianco, y se titula “La construcción de la propia existencia”, que adopta la misma lógica del primer texto. De aquí en adelante seguirán cinco apartados a manera de capítulos que son propiamente de Freire, para terminar con tres textos de Imen, Iglesias y Falaschi.

El primer texto de Freire se titula “Feliz y desafiado”, que son las palabras de agradecimiento al recibir el doctorado honoris causa en la Universidad de San Luis (Argentina); el segundo texto es “Práctica de la pedagogía crítica”, subtitulado como “Primera parte del Seminariotaller”. El tercer apartado o capítulo se presenta como “Elementos de la situación educativa”, subtitulado “Segundo día de seminariotaller”; el cuarto apartado es “La lucha no se acaba, se reinventa”, que corresponde a la trascripción de preguntas y respuestas efectuadas durante el seminario; el quinto y último texto de Freire en este libro tiene el título (desafortunado a mi parecer, pues hay un momento pedagógico implícito) “La confrontación no es pedagógica sino política”, que, según se advierte, es parte de una conferencia de prensa que al parecer dio nuestro autor en Argentina.

El libro concluye con tres textos: los dos primeros están escritos desde una misma lógica y explicitan esta vez el contexto en el que se inscriben. El primero lo presenta Pablo Imen y son las palabras pronunciadas durante una ceremonia referente a Freire en el aula magna de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Comahue, en 1999; se trata de “El conocimiento como mercancía, la escuela como shopping, los docentes como proletarios”; el segundo es de Roberto Iglesias y también son palabras de la misma ceremonia, se titula: “¿Desde dónde, cómo, con quién, con qué valores?”. El último texto, de Carlos Falaschi, es una especie de oda (aunque el autor la llama evocación) a Freire; es un apartado que intenta resumir a nuestro autor “poéticamente”, y de esta manera se cierra el libro de Freire.


Mirada general a la obra

En su breve semblanza, Roberto Iglesias retoma algunos pasajes importantes de la vida de nuestro autor. Menciona los 3000 círculos de cultura que se crearon en Brasil como parte de la campaña de alfabetización, los innumerables países que freire recorrió, algunos como parte de su exilio tras la dictadura en su país; también someramente menciona la reacción hacia el trabajo de Freire hasta ser declarado como “pasado de moda”. Iglesias resalta la humildad de Freire que “escribía de la misma forma en que hablaba” (Freire, 2004, p. 4). Rememora asimismo algunos pasajes de su contacto con el pedagogo brasileño. Orlando Balbo y Augusto Bianco se proponen exponer en pocas líneas la manera en que se construyó la existencia (subjetividad) de Freire: muestran cómo se fue construyendo a sí mismo en relación con los otros, resaltando la importancia del autoconocimiento, del hablar claro y sencillo para no contribuir a la escisión de los no iniciados, y destacan su lucha contra la ideología neoliberal, desesperanzadora contra su enorme esperanza. Los autores continúan con la semblanza previa, le agregan datos importantes y citas de textos poco conocidos, como el discurso de Freire al recibir el premio Educación para la Paz de la UNESCO en 1986.

En el agradecimiento al recibir el doctorado honoris causa en San Luis, Freire retoma algunas de las ideas de su trabajo teórico-práctico, entre otras el tiempo propio de lo académico como distinto a la charla seria con fines prácticos. La humildad que manifiesta al recibir el reconocimiento se convierte en problematización del momento que no pasa de largo; nuestro autor vuelve situación pedagógica la recepción del premio: se historiza a sí mismo.

En la primera parte del texto sobre el seminario coordinado por Freire se presentan en líneas generales los elementos de lo que para nuestro autor compone la práctica educativa que, desde ya, dice, deberá ser crítica. Tal condición le viene a Freire de reconocerse y reconocer a los demás como seres incompletos, inacabados, con la capacidad y búsqueda de ser más (idea que aparece al final del capítulo 2 de la Pedagogía del oprimido, la gran obra ética-crítica del campo pedagógico). En efecto, la curiosidad epistemológica, la conciencia de la incompletud y la capacidad para intervenir en la realidad guían la reflexión de Freire durante este texto. En la segunda parte del texto del mencionado seminario, nuestro autor aborda los elementos de la situación educativa, dándole importancia desde el sitio (físico, aunque implícitamente en otro sentido) donde se lleva a cabo la práctica hasta la presencia de la relación intersubjetiva educador-educando, educandoeducador, y los contenidos curriculares que al tener cierta direccionalidad ya hablan, a decir de nuestro autor, de una postura ideológica y política, por lo que su propuesta será clarificar hacia dónde apunta tal dirección; no desaparecerla pues es necesaria, pero sí clarificarla, “al servicio de...” (Freire, 2004, p. 35).

Durante la sesión de preguntas y respuestas que componen el sexto apartado del libro y el cuarto de la autoría de Freire, se abordan temáticas que surgen del propio interés de los asistentes al seminario. El pedagogo brasileño responde una a una las preguntas, con paciencia y con un discurso mesurado y efectivamente pedagógico. Las preguntas se agrupan en intereses que trascienden el espacio escolarformal (como es natural tratándose de Freire): cómo impedir la adaptación al desinterés y al individualismo, cuál es la utopía educadora posible en el contexto latinoamericano, qué decir a los jóvenes que no conocieron las luchas de los años sesenta y setenta, cómo afrontar desde la docencia la desesperanza imperante, etcétera.

El último texto propiamente de Freire incorpora también la estructura de preguntas y respuestas, salvo que en este apartado se presentan como parte de una conferencia de prensa. Aunque los comentarios que nuestro autor hace a las preguntas que le formulan mantienen la misma lógica discursiva que las anteriores, el hecho de salirse aparentemente del espacio académico no modifica su sencillez, claridad y fuerza para responder. Asimismo las preguntas, las temáticas abordadas, difieren en poco a las de los alumnos en el seminario, de hecho se puede pensar que son complementarias a las que aparecen en el apartado que las anteceden: la vigencia de los temas que se debatían antes de las dictaduras latinoamericanas, la pretendida crisis de la educación, la cuestión de las políticas neoliberales en relación con los sectores populares, la educación popular, etc. A todas ellas Freire responde siempre pedagógicamente, de una manera serena (de aquí quizá lo de manso), pero no menos seria y rigurosa, relacionando prácticas y teorías para dar alguna respuesta concreta y práctica.

Hasta aquí los textos de nuestro autor. Los tres restantes dan paso a testimonios que a la manera de anexos se presentan para mostrar la influencia de Freire por algunos territorios donde cosechó homenajes, en este caso póstumos. El texto de Pablo Imen intenta abordar el contexto educativo argentino desde la mirada freiriana. Así, bosqueja algunos elementos para la construcción de una educación popular, remarcando entre otros puntos la dominación que se crea cuando se omite el “afuera”, o sea lo que sucede más allá de lo escolar-formal, el contexto más amplio. Menciona también la manera en que el conocimiento ha devenido como mercancía; la escuela, como shopping; los padres, como clientes, y los docentes, como proletarios, y asegura que esto ha contribuido a profundizar la desigualdad. El autor termina analizando algunos puntos sobre la descentralización educativa argentina, agrega que la metodología de Freire “en verdad no empieza con él” y menciona la reforma universitaria de 1918 en Córdoba protagonizada por los estudiantes. Al respecto sólo cabe mencionar que la metodología freiriana va más allá de lo que señala Pablo Imen, un movimiento contextual antecedente de muchos otros como se pueden encontrar en diferentes países. El llamado método Freire es todo un proceso de la formación de la conciencia ético-crítica, siempre en movimiento y que no tenía como fin las reformas del ámbito escolar-formal.

El segundo texto que Roberto Iglesias presenta en este pequeño libro avanza también desde la influencia de Freire. Aborda primero lo que el “sistema” ha hecho con el pedagogo brasileño, para decir que éste pasó de moda o que su contexto fueron los años sesenta o setenta, como si hoy la obra de Freire no tuviera ya nada que decir. El autor aborda con la misma mirada algunos conceptos elaborados por “la derecha” (fin de la historia, muerte de las ideologías, primacía del mercado, etc.) para mostrar que la izquierda o el pensamiento crítico “no supo poner freno ni plantear una alternativa a este avance, ni a nivel teórico ni a nivel prácticopopular” (Freire, 2004, p. 87). La gran pregunta de Iglesias, que se reconoce heredero de Freire, es cómo ligar lo académico con lo popular, resaltando la necesidad de “dar respuestas teóricas” (Freire, 2004, p. 93) que apunten hacia un proyecto colectivo. En este punto también cabe hacer una acotación. En Freire no hay anti-academicismo ni anticientificismo; hay un momento teórico-científico que se nutre de la experiencia que se adquiere con la comunidad en la que se inserta el investigador. En realidad Freire incorpora en este proceso al llamado “sujeto de estudio” y mantiene con él una relación intersubjetiva que, al contrario de mermar la objetividad, la refuerza y el tema a investigar surge dialógicamente. Estamos ante una metodología éticopráctica que no niega un momento científico. Al contrario, el momento práctico es posible porque ha pasado por la etapa del diagnóstico; es su resultado.

El libro termina con una evocación de Carlos Falashi a Freire, y de manera lírica repasa momentos biográficos, teóricos y académicos del mismo, que van desde el recuerdo del nordeste brasileño pasando por sus influencias teóricas, la dictadura, la pedagogía del oprimido, hasta San Luis, donde Falashi compone esta evocación.


Análisis específico de algunos aspectos de la obra

Cuando Freire se empezó a dar cuenta del eco que tenía su trabajo, uno de sus temores era el de ser memorizado, coreado o simplemente ser trasladado acríticamente a otros contextos, por eso en sus obras aparece la pretensión de no ser repetido sino recreado.

La virtud de la sencillez ha contribuido para que su obra no se considere académica o “científica”, y sí al contrario ha sido calificada como subversiva. Y lo será porque rompió con el esquema formal que separaba reflexión de acción e involucramiento, distancia que siempre le pareció cómplice e ingenua. El libro permite apreciar esta postura que fue uno de los ejes sobre los que giró el pensamiento freiriano: la unión de la acción y la reflexión. El momento ético-práctico o, como diría Dussel, “el tercer criterio de demarcación” o “ciencia social crítica” (Dussel, 2001, p. 303) aparece en Freire cuando nos muestra que su postura no es antiacademia, pero tampoco es el mero verbalismo: Creo que incluso en la práctica de la educación popular el pueblo tiene derecho a dominar el lenguaje académico: “[...] Nuestro problema no es estar contra la academia sino rehacerla, ponerla al servicio de los intereses de la mayoría del pueblo. Hay que prestigiar a la academia, esto es, ponerla al servicio del pueblo” (Freire, 2004, p. 37-38).

Hay la articulación de lo que se piensa (momento teórico) con la comunidad pensada (momento práctico), pues la suya no es una mera reflexión teórica. En el texto, Freire nos muestra cómo construyó la categoría concientização, entendiéndola como momento posterior a la mera toma de conciencia, es decir, su profundización. Tal construcción fue posible porque nuestro autor necesitaba explicarse el fatalismo inmovilizador con tintes animistas en el que caían la mayoría de los campesinos con los que trabajaba. Su pregunta era “cómo hacer” (Freire, 2004, p. 69) para que los campesinos percibieran que lo que creían dado en realidad estaba siendo y por eso era posible que ellos tomaran un rumbo distinto. En este apartado Freire muestra que su interés era esencialmente éticopráctico, de articulación con la comunidad, pero que al mismo tiempo era necesariamente teórico para que orientara acertadamente la acción.

El lector interesado podrá encontrar que en los textos presentados de Freire se encuentran abordadas, aunque sea de manera indicativa, sus ideas principales; aparece la concepción del ser más, que se fundamenta en la idea de los seres humanos como históricos, “interminados”, de ahí la posibilidad de ser más como proceso de humanización. Dicho “inacabamiento” es, a decir de nuestro autor, lo que permite percibir “el no yo”; “el mundo es el primer no yo” (Freire, 2004, p. 21) y en tal sentido el modo habitual de estar en el mundo es por vía de la praxis que incluye acción y reflexión, y es lo que permite hacer la lectura del mundo. En esta parte Freire da saltos gigantescos sobre su obra aunque siempre de manera sencilla. La lectura del mundo antecede a la lectura de las palabras, por eso el llamado método Paulo Freire “recoge” las palabras generadas del propio mundo de la comunidad, como palabras a ser problematizadas para que, desde la vivencia de la comunidad, se alfabetice en la conciencia crítica.

Freire resume los componentes de la práctica educativa en tres grandes ideas que en sí mismas se encuentran en la mayor parte de sus trabajos; en éste sólo los indica: “No hay práctica docente sin curiosidad, sin incompletud, sin ser capaces de intervenir en la realidad, sin ser capaces de ser hacedores de la historia y a la vez siendo hechos por la historia” (Freire, 2004, p. 30). La situación educativa cobra en los textos presentados una comprensión en la que se ha reparado poco, quizá sea una virtud del texto que aborda dicha temática. La situación educativa no es, a decir de nuestro autor, cualquier situación, pues se requiere la presencia de sujetos, esencialmente de sujetos en relación intersubjetiva educadoreducando. Este reconocimiento lleva implícita la negación de la educación bancaria y la apertura al momento dialógico, pero, principalmente, denota la irrupción de sujetos a través de los sitios (a la manera de Badiou) de acontecimientos educativos.

La materialidad en nuestro autor es un aspecto que el texto permite apreciar. Ante la realidad que enfrentó Freire, era difícil que el aspecto formal fuera un punto de llegada; más bien fue un aspecto secundario. Al recibir el premio Educación para la Paz de la UNESCO, nuestro autor comenta: “La paz se construye en la construcción incesante de la justicia social. Por eso no creo en ningún esfuerzo, por más que se autotitule ‘educación para la paz’ que, en lugar de revelar las injusticias del mundo, las torne opacas e intente miopizar a sus víctimas (Freire, 2004, p. 9)”. Tratábase entonces de la educación para la paz, analógicamente ahora sería la interculturalidad formal a la que Freire se opondría por negar ésta las reivindicaciones materiales del multiculturalismo. No es una postura que a Freire le viene sólo por lo referente a las condiciones económicas sino por su influencia en el desarrollo de la subjetividad: “hay una relación indudable entre las condiciones materiales y nuestras condiciones mentales, espirituales, éticas, etc.” (Freire, 2004, p. 34). La materialidad, lo ético y lo político se encuentran en el horizonte de reflexión y de acción de Freire. La mayor parte de su trabajo giró sobre estos ejes y en este libro se encuentran presentes.


Consideraciones finales

He analizado los temas que Freire aborda en los textos que componen el libro. Hay muchos otros que son esenciales para entender el trabajo y la influencia de este autor pero no son tocados durante el texto, sin embargo, considero importante, casi como una obligación, decir que su gran obra, la que se ha convertido en el juicio éticocrítico de la concepción bancaria de la educación y de la dominación en muchos de los campos a los que ha trascendido Freire, es la Pedagogía del oprimido.

No se puede dejar de ser crítico ante una obra como ésta, sobre todo si es de Freire, por lo tanto creo necesario repetir a los lectores que por momentos parece ésta ser una obra sobre Freire, más que de Freire, aunque para los otros autores que integran y “ocupan” la mitad del libro, su objeto de estudio y enfoque es Freire mismo. Pese a ello, el lector atento encontrará textos poco conocidos de nuestro autor que permiten apreciar la sencillez y profundidad de su pensamiento y, sin duda, su notable vigencia.

REFERENCIAS

FREIRE, Paulo (1970), Pedagogía del oprimido, Montevideo, Tierra Nueva

— (2001), Pedagogía de la indignación, Madrid, Morata

DUSSEL, Enrique (2001), Hacia una filosofía política crítica, Bilbao, Declée de Brouwe

El grito manso (RESEÑA)

PAULO FREIRE

México, Siglo XXI, 2004, 101 pp.

RESEÑA POR MARCOS J. ESTRADA RUIZ*

* Estudiante del programa de Doctorado en Educación en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM). Integrante de la Cátedra Paulo Freire-Cuernavaca. ceratimarcos@hotmail.com

Paulo Freire ha trascendido de tal manera los campos de estudio y las disciplinas que hablar de él resulta más complicado de lo que podría pensarse. Deseo sin embargo aprovechar la aparición de este “nuevo” texto como pre-texto para hablar de nuevo sobre Freire. Y no es que él ya no esté presente en nuestras reflexiones o en nuestros trabajos; ocurre más bien algo análogo a lo que le sucedía a Levinas con Rosenzweig: está demasiado presente como para ser citado. Mi propósito con esta reseña es claro: utilizar el texto como pre-texto para reseñar críticamente la obra de nuestro autor. Tratándose de Freire no podía ser de otra manera.


Descripción externa de la obra

El grito manso se publicó en su primera edición en Argentina en 2003, con el sello de Siglo XXI. En su edición mexicana se publica en 2004 con la misma editorial que ha arropado la mayor parte de la obra de Freire; la más importante al menos. El libro consta de diez apartados que funcionan como capítulos, de los cuales cinco corresponden a Freire y los otros son de la autoría de quienes organizan y presentan el libro. La edición es inédita para un libro de Freire: por su estilo y presentación podemos decir que se puso mucho cuidado en el acabado, en la composición, en la organización de los textos y, como colofón, en las ilustraciones que acompañan cada reflexión de nuestro autor. No se había publicado un libro de Freire con tales características, aunque sí libros sobre Freire. Resta discutir si efectivamente éste es un libro de Freire, ya que al ser póstumo y por la “presencia” de otros autores que “ocupan” la mitad del libro, puede que sea un libro sobre Freire, a diferencia de lo que fuera su “última” obra formal y póstuma: La pedagogía de la indignación (2001), que es efectivamente un libro de Freire.


De la composición interna

Los textos que se presentan no están organizados por lógica alguna, sino que el lector debe inferir de dónde provienen pues quien presenta la obra, Roberto Iglesias, hace una breve semblanza de nuestro autor y no presenta los textos que le seguirán.

Probablemente para la edición Argentina no hacían falta ciertas aclaraciones, pero al salir de ese contexto aquéllas se hacen indispensables. El primer texto es de Roberto Iglesias y se titula “Trabar con la gente” que es, como dijimos, una breve semblanza de Freire; el segundo texto corresponde a los coordinadores de los seminarios que se presentan, Orlando Balbo y Augusto Bianco, y se titula “La construcción de la propia existencia”, que adopta la misma lógica del primer texto. De aquí en adelante seguirán cinco apartados a manera de capítulos que son propiamente de Freire, para terminar con tres textos de Imen, Iglesias y Falaschi.

El primer texto de Freire se titula “Feliz y desafiado”, que son las palabras de agradecimiento al recibir el doctorado honoris causa en la Universidad de San Luis (Argentina); el segundo texto es “Práctica de la pedagogía crítica”, subtitulado como “Primera parte del Seminariotaller”. El tercer apartado o capítulo se presenta como “Elementos de la situación educativa”, subtitulado “Segundo día de seminariotaller”; el cuarto apartado es “La lucha no se acaba, se reinventa”, que corresponde a la trascripción de preguntas y respuestas efectuadas durante el seminario; el quinto y último texto de Freire en este libro tiene el título (desafortunado a mi parecer, pues hay un momento pedagógico implícito) “La confrontación no es pedagógica sino política”, que, según se advierte, es parte de una conferencia de prensa que al parecer dio nuestro autor en Argentina.

El libro concluye con tres textos: los dos primeros están escritos desde una misma lógica y explicitan esta vez el contexto en el que se inscriben. El primero lo presenta Pablo Imen y son las palabras pronunciadas durante una ceremonia referente a Freire en el aula magna de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Comahue, en 1999; se trata de “El conocimiento como mercancía, la escuela como shopping, los docentes como proletarios”; el segundo es de Roberto Iglesias y también son palabras de la misma ceremonia, se titula: “¿Desde dónde, cómo, con quién, con qué valores?”. El último texto, de Carlos Falaschi, es una especie de oda (aunque el autor la llama evocación) a Freire; es un apartado que intenta resumir a nuestro autor “poéticamente”, y de esta manera se cierra el libro de Freire.


Mirada general a la obra

En su breve semblanza, Roberto Iglesias retoma algunos pasajes importantes de la vida de nuestro autor. Menciona los 3000 círculos de cultura que se crearon en Brasil como parte de la campaña de alfabetización, los innumerables países que freire recorrió, algunos como parte de su exilio tras la dictadura en su país; también someramente menciona la reacción hacia el trabajo de Freire hasta ser declarado como “pasado de moda”. Iglesias resalta la humildad de Freire que “escribía de la misma forma en que hablaba” (Freire, 2004, p. 4). Rememora asimismo algunos pasajes de su contacto con el pedagogo brasileño. Orlando Balbo y Augusto Bianco se proponen exponer en pocas líneas la manera en que se construyó la existencia (subjetividad) de Freire: muestran cómo se fue construyendo a sí mismo en relación con los otros, resaltando la importancia del autoconocimiento, del hablar claro y sencillo para no contribuir a la escisión de los no iniciados, y destacan su lucha contra la ideología neoliberal, desesperanzadora contra su enorme esperanza. Los autores continúan con la semblanza previa, le agregan datos importantes y citas de textos poco conocidos, como el discurso de Freire al recibir el premio Educación para la Paz de la UNESCO en 1986.

En el agradecimiento al recibir el doctorado honoris causa en San Luis, Freire retoma algunas de las ideas de su trabajo teórico-práctico, entre otras el tiempo propio de lo académico como distinto a la charla seria con fines prácticos. La humildad que manifiesta al recibir el reconocimiento se convierte en problematización del momento que no pasa de largo; nuestro autor vuelve situación pedagógica la recepción del premio: se historiza a sí mismo.

En la primera parte del texto sobre el seminario coordinado por Freire se presentan en líneas generales los elementos de lo que para nuestro autor compone la práctica educativa que, desde ya, dice, deberá ser crítica. Tal condición le viene a Freire de reconocerse y reconocer a los demás como seres incompletos, inacabados, con la capacidad y búsqueda de ser más (idea que aparece al final del capítulo 2 de la Pedagogía del oprimido, la gran obra ética-crítica del campo pedagógico). En efecto, la curiosidad epistemológica, la conciencia de la incompletud y la capacidad para intervenir en la realidad guían la reflexión de Freire durante este texto. En la segunda parte del texto del mencionado seminario, nuestro autor aborda los elementos de la situación educativa, dándole importancia desde el sitio (físico, aunque implícitamente en otro sentido) donde se lleva a cabo la práctica hasta la presencia de la relación intersubjetiva educador-educando, educandoeducador, y los contenidos curriculares que al tener cierta direccionalidad ya hablan, a decir de nuestro autor, de una postura ideológica y política, por lo que su propuesta será clarificar hacia dónde apunta tal dirección; no desaparecerla pues es necesaria, pero sí clarificarla, “al servicio de...” (Freire, 2004, p. 35).

Durante la sesión de preguntas y respuestas que componen el sexto apartado del libro y el cuarto de la autoría de Freire, se abordan temáticas que surgen del propio interés de los asistentes al seminario. El pedagogo brasileño responde una a una las preguntas, con paciencia y con un discurso mesurado y efectivamente pedagógico. Las preguntas se agrupan en intereses que trascienden el espacio escolarformal (como es natural tratándose de Freire): cómo impedir la adaptación al desinterés y al individualismo, cuál es la utopía educadora posible en el contexto latinoamericano, qué decir a los jóvenes que no conocieron las luchas de los años sesenta y setenta, cómo afrontar desde la docencia la desesperanza imperante, etcétera.

El último texto propiamente de Freire incorpora también la estructura de preguntas y respuestas, salvo que en este apartado se presentan como parte de una conferencia de prensa. Aunque los comentarios que nuestro autor hace a las preguntas que le formulan mantienen la misma lógica discursiva que las anteriores, el hecho de salirse aparentemente del espacio académico no modifica su sencillez, claridad y fuerza para responder. Asimismo las preguntas, las temáticas abordadas, difieren en poco a las de los alumnos en el seminario, de hecho se puede pensar que son complementarias a las que aparecen en el apartado que las anteceden: la vigencia de los temas que se debatían antes de las dictaduras latinoamericanas, la pretendida crisis de la educación, la cuestión de las políticas neoliberales en relación con los sectores populares, la educación popular, etc. A todas ellas Freire responde siempre pedagógicamente, de una manera serena (de aquí quizá lo de manso), pero no menos seria y rigurosa, relacionando prácticas y teorías para dar alguna respuesta concreta y práctica.

Hasta aquí los textos de nuestro autor. Los tres restantes dan paso a testimonios que a la manera de anexos se presentan para mostrar la influencia de Freire por algunos territorios donde cosechó homenajes, en este caso póstumos. El texto de Pablo Imen intenta abordar el contexto educativo argentino desde la mirada freiriana. Así, bosqueja algunos elementos para la construcción de una educación popular, remarcando entre otros puntos la dominación que se crea cuando se omite el “afuera”, o sea lo que sucede más allá de lo escolar-formal, el contexto más amplio. Menciona también la manera en que el conocimiento ha devenido como mercancía; la escuela, como shopping; los padres, como clientes, y los docentes, como proletarios, y asegura que esto ha contribuido a profundizar la desigualdad. El autor termina analizando algunos puntos sobre la descentralización educativa argentina, agrega que la metodología de Freire “en verdad no empieza con él” y menciona la reforma universitaria de 1918 en Córdoba protagonizada por los estudiantes. Al respecto sólo cabe mencionar que la metodología freiriana va más allá de lo que señala Pablo Imen, un movimiento contextual antecedente de muchos otros como se pueden encontrar en diferentes países. El llamado método Freire es todo un proceso de la formación de la conciencia ético-crítica, siempre en movimiento y que no tenía como fin las reformas del ámbito escolar-formal.

El segundo texto que Roberto Iglesias presenta en este pequeño libro avanza también desde la influencia de Freire. Aborda primero lo que el “sistema” ha hecho con el pedagogo brasileño, para decir que éste pasó de moda o que su contexto fueron los años sesenta o setenta, como si hoy la obra de Freire no tuviera ya nada que decir. El autor aborda con la misma mirada algunos conceptos elaborados por “la derecha” (fin de la historia, muerte de las ideologías, primacía del mercado, etc.) para mostrar que la izquierda o el pensamiento crítico “no supo poner freno ni plantear una alternativa a este avance, ni a nivel teórico ni a nivel prácticopopular” (Freire, 2004, p. 87). La gran pregunta de Iglesias, que se reconoce heredero de Freire, es cómo ligar lo académico con lo popular, resaltando la necesidad de “dar respuestas teóricas” (Freire, 2004, p. 93) que apunten hacia un proyecto colectivo. En este punto también cabe hacer una acotación. En Freire no hay anti-academicismo ni anticientificismo; hay un momento teórico-científico que se nutre de la experiencia que se adquiere con la comunidad en la que se inserta el investigador. En realidad Freire incorpora en este proceso al llamado “sujeto de estudio” y mantiene con él una relación intersubjetiva que, al contrario de mermar la objetividad, la refuerza y el tema a investigar surge dialógicamente. Estamos ante una metodología éticopráctica que no niega un momento científico. Al contrario, el momento práctico es posible porque ha pasado por la etapa del diagnóstico; es su resultado.

El libro termina con una evocación de Carlos Falashi a Freire, y de manera lírica repasa momentos biográficos, teóricos y académicos del mismo, que van desde el recuerdo del nordeste brasileño pasando por sus influencias teóricas, la dictadura, la pedagogía del oprimido, hasta San Luis, donde Falashi compone esta evocación.


Análisis específico de algunos aspectos de la obra

Cuando Freire se empezó a dar cuenta del eco que tenía su trabajo, uno de sus temores era el de ser memorizado, coreado o simplemente ser trasladado acríticamente a otros contextos, por eso en sus obras aparece la pretensión de no ser repetido sino recreado.

La virtud de la sencillez ha contribuido para que su obra no se considere académica o “científica”, y sí al contrario ha sido calificada como subversiva. Y lo será porque rompió con el esquema formal que separaba reflexión de acción e involucramiento, distancia que siempre le pareció cómplice e ingenua. El libro permite apreciar esta postura que fue uno de los ejes sobre los que giró el pensamiento freiriano: la unión de la acción y la reflexión. El momento ético-práctico o, como diría Dussel, “el tercer criterio de demarcación” o “ciencia social crítica” (Dussel, 2001, p. 303) aparece en Freire cuando nos muestra que su postura no es antiacademia, pero tampoco es el mero verbalismo: Creo que incluso en la práctica de la educación popular el pueblo tiene derecho a dominar el lenguaje académico: “[...] Nuestro problema no es estar contra la academia sino rehacerla, ponerla al servicio de los intereses de la mayoría del pueblo. Hay que prestigiar a la academia, esto es, ponerla al servicio del pueblo” (Freire, 2004, p. 37-38).

Hay la articulación de lo que se piensa (momento teórico) con la comunidad pensada (momento práctico), pues la suya no es una mera reflexión teórica. En el texto, Freire nos muestra cómo construyó la categoría concientização, entendiéndola como momento posterior a la mera toma de conciencia, es decir, su profundización. Tal construcción fue posible porque nuestro autor necesitaba explicarse el fatalismo inmovilizador con tintes animistas en el que caían la mayoría de los campesinos con los que trabajaba. Su pregunta era “cómo hacer” (Freire, 2004, p. 69) para que los campesinos percibieran que lo que creían dado en realidad estaba siendo y por eso era posible que ellos tomaran un rumbo distinto. En este apartado Freire muestra que su interés era esencialmente éticopráctico, de articulación con la comunidad, pero que al mismo tiempo era necesariamente teórico para que orientara acertadamente la acción.

El lector interesado podrá encontrar que en los textos presentados de Freire se encuentran abordadas, aunque sea de manera indicativa, sus ideas principales; aparece la concepción del ser más, que se fundamenta en la idea de los seres humanos como históricos, “interminados”, de ahí la posibilidad de ser más como proceso de humanización. Dicho “inacabamiento” es, a decir de nuestro autor, lo que permite percibir “el no yo”; “el mundo es el primer no yo” (Freire, 2004, p. 21) y en tal sentido el modo habitual de estar en el mundo es por vía de la praxis que incluye acción y reflexión, y es lo que permite hacer la lectura del mundo. En esta parte Freire da saltos gigantescos sobre su obra aunque siempre de manera sencilla. La lectura del mundo antecede a la lectura de las palabras, por eso el llamado método Paulo Freire “recoge” las palabras generadas del propio mundo de la comunidad, como palabras a ser problematizadas para que, desde la vivencia de la comunidad, se alfabetice en la conciencia crítica.

Freire resume los componentes de la práctica educativa en tres grandes ideas que en sí mismas se encuentran en la mayor parte de sus trabajos; en éste sólo los indica: “No hay práctica docente sin curiosidad, sin incompletud, sin ser capaces de intervenir en la realidad, sin ser capaces de ser hacedores de la historia y a la vez siendo hechos por la historia” (Freire, 2004, p. 30). La situación educativa cobra en los textos presentados una comprensión en la que se ha reparado poco, quizá sea una virtud del texto que aborda dicha temática. La situación educativa no es, a decir de nuestro autor, cualquier situación, pues se requiere la presencia de sujetos, esencialmente de sujetos en relación intersubjetiva educadoreducando. Este reconocimiento lleva implícita la negación de la educación bancaria y la apertura al momento dialógico, pero, principalmente, denota la irrupción de sujetos a través de los sitios (a la manera de Badiou) de acontecimientos educativos.

La materialidad en nuestro autor es un aspecto que el texto permite apreciar. Ante la realidad que enfrentó Freire, era difícil que el aspecto formal fuera un punto de llegada; más bien fue un aspecto secundario. Al recibir el premio Educación para la Paz de la UNESCO, nuestro autor comenta: “La paz se construye en la construcción incesante de la justicia social. Por eso no creo en ningún esfuerzo, por más que se autotitule ‘educación para la paz’ que, en lugar de revelar las injusticias del mundo, las torne opacas e intente miopizar a sus víctimas (Freire, 2004, p. 9)”. Tratábase entonces de la educación para la paz, analógicamente ahora sería la interculturalidad formal a la que Freire se opondría por negar ésta las reivindicaciones materiales del multiculturalismo. No es una postura que a Freire le viene sólo por lo referente a las condiciones económicas sino por su influencia en el desarrollo de la subjetividad: “hay una relación indudable entre las condiciones materiales y nuestras condiciones mentales, espirituales, éticas, etc.” (Freire, 2004, p. 34). La materialidad, lo ético y lo político se encuentran en el horizonte de reflexión y de acción de Freire. La mayor parte de su trabajo giró sobre estos ejes y en este libro se encuentran presentes.


Consideraciones finales

He analizado los temas que Freire aborda en los textos que componen el libro. Hay muchos otros que son esenciales para entender el trabajo y la influencia de este autor pero no son tocados durante el texto, sin embargo, considero importante, casi como una obligación, decir que su gran obra, la que se ha convertido en el juicio éticocrítico de la concepción bancaria de la educación y de la dominación en muchos de los campos a los que ha trascendido Freire, es la Pedagogía del oprimido.

No se puede dejar de ser crítico ante una obra como ésta, sobre todo si es de Freire, por lo tanto creo necesario repetir a los lectores que por momentos parece ésta ser una obra sobre Freire, más que de Freire, aunque para los otros autores que integran y “ocupan” la mitad del libro, su objeto de estudio y enfoque es Freire mismo. Pese a ello, el lector atento encontrará textos poco conocidos de nuestro autor que permiten apreciar la sencillez y profundidad de su pensamiento y, sin duda, su notable vigencia.

REFERENCIAS

FREIRE, Paulo (1970), Pedagogía del oprimido, Montevideo, Tierra Nueva

— (2001), Pedagogía de la indignación, Madrid, Morata

DUSSEL, Enrique (2001), Hacia una filosofía política crítica, Bilbao, Declée de Brouwe

martes, 23 de octubre de 2007

EJEMPLO DE TEXTO PARA ANALISIS PERSONAL (EN BLOG)

Educación y pedagogía

INTRODUCCIÓN.

Las instituciones sociales se van desarrollando porque tienen que satisfacer las necesidades básicas de la sociedad y la educación satisface la necesidad fundamental de transmitir conocimientos. Esa función primaria (la transmisión del conocimiento) se cumple de tres maneras: por la preservación, la difusión y la innovación del conocimiento.

La preservación del conocimiento se cumple parcialmente con la enseñanza que es la forma en que el conocimiento se transmite de una generación a otra. La tarea de la preservación se logra también por medio de investigaciones como el descifrar manuscritos antiguos, preservando la maquinaria y la escritura. La innovación que es la creación o descubrimiento de nuevos conocimientos por la investigación o el pensamiento creador, se puede realizar a cualquier nivel del sistema educativo, pero tradicionalmente recibe más atención en las universidades.

La educación tiene cuando menos dos funciones secundarias: la integración socio cultural y el enriquecimiento personal. Aunque actualmente la televisión es un fuerte competidor del sistema educativo ha sido el vehículo principal de la integración sociocultural. La educación formal constituye un medio de trasformar una educación compuesta por muchos grupos étnicos y diferentes marcos culturales en una comunidad de individuos que compartan hasta cierto punto una identidad común

La educación también presenta oportunidades de desarrollo y superación personal. Al menos teóricamente, la gente asimila una amplia variedad de perspectivas y experiencias que estimulan el desarrollo intelectual, la creatividad y el avance de los medios verbales y artísticos de expresión personal.

De esta manera la educación proporciona un ambiente donde los seres humanos podemos, mejorar la calidad de nuestra vida mediante experiencias

intelectuales, artísticas y emocionales.

EDUCACIÓN

Etimológicamente el término educación proviene del latín educare, que quiere decir criar, alimentar, nutrir y exducere que significa llevar a , sacar afuera. Inicialmente estas definiciones fueron aplicadas al cuidado y pastoreo de animales para luego llevar a la crianza y cuidado de los niños.

Solo sé que no sé nada, es una frase muy citada del filósofo ateniense Sócrates. El ser humano voluntaria o involuntariamente está inmerso en el proceso de educación, que se va desarrollando a lo largo de nuestras vidas desde el momento de la concepción y hasta la muerte. Al nacer el individuo es como un cuaderno vacío que se va llenando conforme a las experiencias que vive, este es el proceso de aprendizaje, el que se da en todos los aspectos de nuestras vidas, abarcando la cotidianidad, los establecimientos escolares, así como el ambiente y las personas que nos rodean.

La educación formal intencionada es la que recibimos en las instituciones escolares y que hacemos con la intención transformadora de conocimientos evidentemente presente, ésta la recibimos de un grupo de lo que en cierto modo podríamos llamar sofistas (persona sabia o hábil) la filosofía define así a los profesores o maestros porque son personas que dicen tener ciero cúmulo de conocimientos y lo imparten a otras personas, a cambio de un pago por este servicio; en este sentido todos hemos tenido en algún momento de nuestras vidas tendencias sofistas. Pero si recibimos conocimientos de otras personas, al menos debería ser de alguien con más conocimientos en la materia que nosotros mismos.

Platón (filósofo ateniense, discípulo de Sócrates) define la educación como un proceso de perfeccionamiento y embellecimiento del cuerpo y el alma. Este filósofo se encarga de destacar las tres funciones principales de la educación , que a pesar de haberse hecho hace más de 20 siglos, aún está vigente; estas funciones son:

  • La formación del ciudadano;
  • La formación del hombre virtuoso; y
  • La preparación para una profesión.

La educación en el individuo, tiene dos grandes motores llamados Heteroeducación y autoeducación. La primera consiste en el proceso educativo impuesto, en el que el individuo es formado y la autoeducación se da cuando el individuo mismo busca tomar la información e integrarla a su cúmulo de conocimientos. Lo ideal es que ambos "motores" estén complementados para que la educación sea un proceso que le dé al individuo las herramientas, medios e instrumentos necesarios para la configuración de sus conocimientos. [1]

"Es el objetivo de la educación: mover al individuo de una situación heterónoma a una autónoma. El fin educativo es la formación de hombres libres, conscientes y responsables de sí mismos, capaces de su propia determinación. En esto consiste el hecho humano de la educación, en la formación de la conciencia moral, en la capacidad de discernir entre el bien y el mal" [2]

El punto más importante del proceso educativo es la voluntad del individuo, para que sea capaz de tomar resoluciones libres, regidas por las normas y valores éticos y morales.

El proceso educativo es bastante largo complejo, en el que pasamos básicamente por tres fases:

  • La educación como desarrollo: en esta fase es el educador quien impulsa los cambios en los conocimientos en el educando.
  • La educación como disciplina surge cuando este desarrollo no se deja a su libre albedrío sino que se guía para controlarlo o estimularlo.
  • La educación como formación: el educador busca transmitir conocimientos y orientaciones a su discípulo. [3]

Son muchos los autores que han tratado de definir la educación, y que en estos intentos han surgido muchas definiciones, formas y tipos de educación, a continuación se presenta un resumen con las definiciones que dan algunos autores:

  • "La educación es la formación del hombre por medio de una influencia exterior consciente o inconsciente, o por un estímulo que si bien proviene de algo que no es el individuo mismo, suscita en él una voluntad de desarrollo autónomo conforme a su propia ley. [4]
  • Gastón Mialaret, en su obra Ciencias de la Educación, señala tres sentidos como parte del proceso educativo; siendo el primero los llamados mass media o la denominada educación francesa (andragogía, educación religiosa, animación cultural, etc). El segundo sentido es el de la educación como resultado de una acción que prepara a los jóvenes adaptándolos a la vida, más que a la preparación intelectual que reciben en las instituciones escolares formales. El tercer sentido al que hace referencia el autor se refiere a la retroalimentación que se da entre al menos dos individuos inmersos en el proceso educativo.
  • Ortega y Gasset hace referencia a Kerschensteiner, quien dice que el fin general de la educación es educar a ciudadanos útiles que sirvan a los fines del Estado y de la Humanidad. Ortega y Gasset niega esto, habla de la formación del ciudadano como uno de los tantos fines de este proceso, haciendo referencia a todos los aspectos de la vida del individuo. Si educamos con la intención única de formar ciudadanos útiles a los fines del estado, se forman individuos para el ayer.
  • José Gimeno hace alusión al correcto uso y distribución de los recursos educativos.
  • Según Suchodolski, para argumentar el desarrollo de la civilización, surgen dos tendencias: la tradicionalista, inspirada en las costumbres heredadas de las generaciones anteriores y recriminando el progreso de la civilización. Y la segunda tendencia es la modernista, quienes defienden y apoyan el desarrollo de la civilización, así como el progreso tecnológico. Cada tendencia tiene su propio punto de vista con respecto al concepto de educación: la tradicionalista se atiene a la tradición pedagógica en el propósito de edificar sobre sus bases al hombre eterno. Su programa de enseñanza se basa en la enseñanza de los idiomas modernos, el conocimiento de la cultura antigua y en los valores perennes. La modernista adapta los conocimientos de la nueva generación a las condiciones de vida modeladas por la estructura capitalista.[5]

"La formación del hombre no puede abstraerse de la realidad social concreta en el marco de la cual discurre la existencia humana, no puede prescindir en una palabra de la realidad del mundo actual. La tarea de educar a los hombres se trata de prepararlos para que sean capaces de asumir una actividad social valiosa y fecunda a través del desarrollo multifacético de su personalidad. En una palabra, la preparación a la vida no puede encerrarse en las categorías de la adaptación y el éxito material.[6]

Según Jösef Gottler, en su obra Pedagogía Sistemática, el fin general de la educación es que el educando llegue poseer la capacidad y la buena voluntad necesarias para llevar una vida valiosa dentro de los círculos que circunscriben la existencia humana... el ideal de la educación hay que cifrarlo en una saludable armonía del saber, el querer y la destreza deben sintonizarse mutuamente y a los que hay que conceder mayor menor predominio según sean las aptitudes individuales y la profesión y estado de vida que estas aconsejen elegir"[7]

Como ya se ha visto la educación o proceso educativo se da a lo largo de nuestras vidas y que crea un cambio en nuestros conocimientos. El Estado es el encargado de garantizarle a los venezolanos la educación para todos y cada uno de nosotros, estableciendo la educación como un derecho igual para todos como lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en los siguientes artículos:

"Artículo 102. La educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática gratuita y obligatoria. El Estado la asumirá como una función indeclinable y de máximo interés en todos sus niveles y modalidades... está fundamentada en el respeto a todas las corrientes de pensamiento, con la finalidad de desarrollar el potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática basada en la valoración ética del trabajo y en la participación activa, consciente, conciente y solidaria en los procesos de transformación social consustanciados con los valores de la identidad nacional...

Artículo 103. Toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones de las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones... es obligatoria en todos sus niveles desde el maternal hasta el ciclo medio diversificado... gratuita hasta el pregrado universitario... la ley garantizará igual atención a las personas con necesidades especiales o con discapacidad y a quienes se encuentren privadas de su libertad o carezcan de condiciones básicas para su incorporación y permanencia en el sistema educativo...

Artículo 104. L educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica..."[8]

Pero EDUCACIÓN es mucho más de lo que se ha escrito en este pequeño intento por definirla, porque creo que la educación formal o informal, cósmica o sistemática, intencionada o no, debe preocuparse por la formación de individuos integrales, capaces de desarrollar una carrera profesional , así como de vivir en una sociedad dentro de sus valores éticos y normas morales.

Educar a un individuo, a una sociedad o a la humanidad misma, estamos inmersos en un proceso de formación que es el encargado de amplificar "el aprendizaje y proporcionar un contexto para el mismo en tres terrenos principales. En primer lugar está el conocimiento y cómo aplicarlo. La segunda categoría es el aprendizaje de habilidades. El último terreno es el aprendizaje de valores y actitudes... los resultados del aprendizaje son claros: mejor rendimiento, nuevas habilidades, nuevos conocimientos y nuevas actitudes"[9], más o menos en la misma línea está Jacques Delors cuando dice que la educación debería llevar a cada persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades creativas.

Los cuatro pilares de la educación

  • Aprender a conocer, combinando una cultura general suficientemente amplia con la posibilidad de profundizar los conocimientos en un pequeño número de materias. Lo que supone, además, aprender a aprender para poder aprovechar las posibilidades que ofrece la educación a lo largo de la vida.
  • Aprender a hacer, a fin de adquirir no solo una calificación profesional sino, más generalmente, una competencia que capacite al individuo para hacer frente a gran número de situaciones y a trabajar en equipo...
  • Aprender a vivir juntos. Desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de interdependencia, respetando los valores de pluralismo, comprensión mutua y paz.
  • Aprender a ser para que florezca mejor la propia personalidad y se esté en condiciones de obrar con creciente capacidad de autonomía de juicio y de responsabilidad personal.[10]

Esto es educación, formar, desarrollar y capacitar todos y cada uno de los aspectos de la personalidad del individuo, para hacerlo productivo a nivel personal como profesional; individual o en conjuntos, como hombre/mujer o como ciudadano.

PEDAGOGÍA

Algunos autores la definen como ciencia, arte, saber o disciplina, pero todos están de acuerdo en que se encarga de la educación, es decir, tiene por objeto el planteo, estudio y solución del problema educativo; o también puede decirse que la pedagogía es un conjunto de normas, leyes o principios que se encargan de regular el proceso educativo.

El término "pedagogía" se origina en la antigua Grecia, al igual que todas las ciencias primero se realizó la acción educativa y después nació la pedagogía para tratar de recopilar datos sobre el hecho educativo, clasificarlos, estudiarlos, sistematizarlos y concluir una serie de principios normativos.

Etimológicamente, la palabra pedagogía deriva del griego paidos que significa niño y agein que significa guiar, conducir. Se llama pedagogo a todo aquel que se encarga de instruir a los niños. Inicialmente en Roma y Grecia, se le llamó Pedagogo a aquellos que se encargaban de llevar a pacer a los animales, luego se le llamó asó al que sacaba a pasear a los niños al campo y por ende se encargaba de educarlos.

Ricardo Nassif habla de dos aspectos en los que la pedagogía busca ocuparse del proceso educativo; el primero es como un cuerpo de doctrinas o de normas capaces de explicar el fenómeno de la educación en tanto realidad y el segundo busca conducir el proceso educativo en tanto actividad.

Otros autores como Ortega y Gasset, ven la pedagogía como una corriente filosófica que llega a ser la aplicación de los problemas referidos a la educación, de una manera de sentir y pensar sobre el mundo. La Pedagogía como ciencia no puede consistir únicamente en un amontonamiento arbitrario de reivindicaciones, convicciones y experiencia relativas a la educación. La pedagogía en su total sentido ha de abarcar la totalidad de los conocimientos educativos y adquirirlos en fuentes examinada con rigor crítico y exponerlos del modo más perfecto posible, fundándolos en bases objetiva e infiriéndolos, siempre que se pueda en un orden lógico.

Se presenta un conflicto al momento de definir Pedagogía: ¿Es una ciencia, un arte, una técnica, o qué? Algunos, para evitar problemas hablan de un "saber" que se ocupa de la educación, otros como Luis Arturo lemus )Pedagogía. Temas Fundamentales), en búsqueda de esa respuesta exploran varias posibilidades:

1.- La pedagogía como arte: este autor niega que la pedagogía sea un arte pero confirma que la educación si lo es. Arte: "modo en que se hace o debe hacerse una cosa. Actividad mediante la cual el hombre expresa estéticamente algo, valiéndose, por ejemplo, de la materia, de la imagen o todo. Cada una de las ramas en que se divide una actividad"[11]. Lemus dice "la pedagogía tiene por objeto el estudio de la educación, esta si puede tener las características de una obra de arte...la educación es eminentemente activa y práctica, se ajusta a normas y reglas que constituyen los métodos y procedimientos, y por parte de una imagen o comprensión del mundo, de la vida y del hombre para crear o modelar una criatura humana bella... cuando la educación es bien concebida y practicada también constituye un arte complicado y elevado, pues se trata de una obra creadora donde el artista, esto es, el maestro, debe hacer uso de su amor, inspiración, sabiduría y habilidad" [12]

2.- La pedagogía como técnica: por técnica, según el diccionario Kapelusz de la lengua española entendemos, un conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o arte [13]. La pedagogía puede, perfectamente y sin ningún problema ser considerada una técnica, pues son los parámetros y normas que delimitan el arte de educar.

3.- La pedagogía como ciencia: la pedagogía cumple con las características principales de la ciencia, es decir, tiene un objeto propio de investigación, se ciñe a un conjunto de principios reguladores, constituye un sistema y usa métodos científicos como la observación y experimentación.

Clases de pedagogía:

Pedagogía normativa: "establece normas, reflexiona, teoriza y orienta el hecho educativo... es eminentemente teórica y se apoya en la filosofía... Dentro de la pedagogía normativa se dan dos grandes ramas:

  • La pedagogía filosófica o filosofía de la educación estudia problemas como los siguientes:

1. El objeto de la educación.

2. Los ideales y valores que constituye la axiología pedagógica.

3. Los fines educativos.

  • La pedagogía tecnológica estudia aspectos como los siguientes:

1. La metodología que da origen a la pedagogía didáctica.

2. La estructura que constituye el sistema educativo.

3. El control dando origen a la organización y administración escolar."[14]

Pedagogía descriptiva: estudia el hecho educativo tal como ocurre en la realidad, narración de acontecimientos culturales o a la indicación de elementos y factores que pueden intervenir en la realización de la práctica educativa. Es empírica y se apoya en la historia. Estudia factores educativos: históricos, biológicos, psicológicos y sociales"[15]

Pedagogía psicológica: se sitúa en el terreno educativo y se vale de las herramientas psicológicas para la transmisión de los conocimientos.

Pedagogía teológica: es la que se apoya en la verdad revelada inspirándose en la concepción del mundo.

Fuentes y ciencias auxiliares de la pedagogía:

  • Pedagogía experimental: no es totalmente experimental pero se le llama así porque busca la observación directa y exacta de los procesos psíquicos-educativos y psíquico-instructivos y de desarrollar datos estadísticos.
  • Psicología y antropología: porque se encarga del estudio del comportamientos de los educandos.
  • La lógica como teoría general de investigación científica, la estética, didáctica especial, asignaturas escolares (ciencias de la naturaleza, del lenguaje, geografía, historia, matemáticas, conocimientos artísticos y técnicas)

CONCLUSIONES.

La pedagogía no puede existir sin educación, ni la educación sin pedagogía. A veces se tiende a confundir los términos o no tener claros los límites entre uno y otro, por eso, se considera necesario delimitar las semejanzas y diferencias entre una y otra.

EDUCACIÓN

PEDAGOGÍA

Acción de transmitir y recibir

Disciplina que se ocupa del estudio

conocimientos

del hecho educativo

Es práctica

Es teoría

Hecho pedagógico: educación

Hecho educativo: estar inmerso

intencional, científica y sistemática

en el proceso educativo consciente

o inconscientemente, intencionada

o inintencionadamente

Campos:

Etapas sucesivas:

1.- Arte educativo

1.- Como hecho real de carácter

2.- Filosofía educativa

natural-social-humano

3.- Didáctica o metodología

2.- Como reflexión filosófica

de la educación

3.- Como actividad tecnológica

Sin la pedagogía, la educación

no podrá tener

significación científica

BIBLIOGRAFÍA

Constitución de la república bolivariana de Venezuela. Caracas, Venezuela. Editorial La Piedra. 1999. 116 págs.

DELORS, Jacques. La educación encierra un tesoro. Madrid, España. Editorial Santillana, ediciones UNESCO. 1996. 320 págs.

Diccionario Kapelusz de la lengua española. Buenos Aires, Argentina. Editorial Kapelusz.1979. 1518 págs.

GAARDER, Jostein. El mundo de Sofía. Madrid, España. Ediciones siruela. 1994. 642 págs.

GIMENO, José. Teoría de la enseñanza y desarrollo del currículo. Madrid, España. Editorial Amaya. 1989. 238 págs.

GÖTTLER, Josef. Pedagogía sistemática. Barcelona, España. Editorial Herder. Segunda edición. 1962. 464 págs.

LEMUS, Luis Arturo. Pedagogía. Temas fundamentales. Buenos Aires, Argentina. Editorial Kapelusz. 1969. 352 págs.

LUZURIAGA, Lorenzo. Ideas pedagógicas del siglo XX. Buenos Aires, Argentina. Biblioteca Nova de Educación. 1954. 244 págs.

MIALARET, Gastón. Ciencias de la educación. Barcelona, España. Edirorial Olkoston. 1981. Segunda edición. 117 págs.

NASSIF, Ricardo. Pedagogía General. Buenos Aires, Argentina. Editorial Kapelusz. 1978. 305 págs.

O’CONNOR, Joseph y Seymour John. PNL para formadores. España. Edicioness Uranaña. 1996. Segunda edición. Traducción Jordi Mustieles.

SHEPARD, John. Sociología. México. Editorial Limusa. 2000. 296 págs.

SUCHODOLSKY

VILLARROEL, César. El currículo de la educación superior. Caracas. Dolvia. 1990.


EJEMPLO DE TEXTO PARA ANALISIS PERSONAL (EN BLOG)

Educación y pedagogía

INTRODUCCIÓN.

Las instituciones sociales se van desarrollando porque tienen que satisfacer las necesidades básicas de la sociedad y la educación satisface la necesidad fundamental de transmitir conocimientos. Esa función primaria (la transmisión del conocimiento) se cumple de tres maneras: por la preservación, la difusión y la innovación del conocimiento.

La preservación del conocimiento se cumple parcialmente con la enseñanza que es la forma en que el conocimiento se transmite de una generación a otra. La tarea de la preservación se logra también por medio de investigaciones como el descifrar manuscritos antiguos, preservando la maquinaria y la escritura. La innovación que es la creación o descubrimiento de nuevos conocimientos por la investigación o el pensamiento creador, se puede realizar a cualquier nivel del sistema educativo, pero tradicionalmente recibe más atención en las universidades.

La educación tiene cuando menos dos funciones secundarias: la integración socio cultural y el enriquecimiento personal. Aunque actualmente la televisión es un fuerte competidor del sistema educativo ha sido el vehículo principal de la integración sociocultural. La educación formal constituye un medio de trasformar una educación compuesta por muchos grupos étnicos y diferentes marcos culturales en una comunidad de individuos que compartan hasta cierto punto una identidad común

La educación también presenta oportunidades de desarrollo y superación personal. Al menos teóricamente, la gente asimila una amplia variedad de perspectivas y experiencias que estimulan el desarrollo intelectual, la creatividad y el avance de los medios verbales y artísticos de expresión personal.

De esta manera la educación proporciona un ambiente donde los seres humanos podemos, mejorar la calidad de nuestra vida mediante experiencias

intelectuales, artísticas y emocionales.

EDUCACIÓN

Etimológicamente el término educación proviene del latín educare, que quiere decir criar, alimentar, nutrir y exducere que significa llevar a , sacar afuera. Inicialmente estas definiciones fueron aplicadas al cuidado y pastoreo de animales para luego llevar a la crianza y cuidado de los niños.

Solo sé que no sé nada, es una frase muy citada del filósofo ateniense Sócrates. El ser humano voluntaria o involuntariamente está inmerso en el proceso de educación, que se va desarrollando a lo largo de nuestras vidas desde el momento de la concepción y hasta la muerte. Al nacer el individuo es como un cuaderno vacío que se va llenando conforme a las experiencias que vive, este es el proceso de aprendizaje, el que se da en todos los aspectos de nuestras vidas, abarcando la cotidianidad, los establecimientos escolares, así como el ambiente y las personas que nos rodean.

La educación formal intencionada es la que recibimos en las instituciones escolares y que hacemos con la intención transformadora de conocimientos evidentemente presente, ésta la recibimos de un grupo de lo que en cierto modo podríamos llamar sofistas (persona sabia o hábil) la filosofía define así a los profesores o maestros porque son personas que dicen tener ciero cúmulo de conocimientos y lo imparten a otras personas, a cambio de un pago por este servicio; en este sentido todos hemos tenido en algún momento de nuestras vidas tendencias sofistas. Pero si recibimos conocimientos de otras personas, al menos debería ser de alguien con más conocimientos en la materia que nosotros mismos.

Platón (filósofo ateniense, discípulo de Sócrates) define la educación como un proceso de perfeccionamiento y embellecimiento del cuerpo y el alma. Este filósofo se encarga de destacar las tres funciones principales de la educación , que a pesar de haberse hecho hace más de 20 siglos, aún está vigente; estas funciones son:

  • La formación del ciudadano;
  • La formación del hombre virtuoso; y
  • La preparación para una profesión.

La educación en el individuo, tiene dos grandes motores llamados Heteroeducación y autoeducación. La primera consiste en el proceso educativo impuesto, en el que el individuo es formado y la autoeducación se da cuando el individuo mismo busca tomar la información e integrarla a su cúmulo de conocimientos. Lo ideal es que ambos "motores" estén complementados para que la educación sea un proceso que le dé al individuo las herramientas, medios e instrumentos necesarios para la configuración de sus conocimientos. [1]

"Es el objetivo de la educación: mover al individuo de una situación heterónoma a una autónoma. El fin educativo es la formación de hombres libres, conscientes y responsables de sí mismos, capaces de su propia determinación. En esto consiste el hecho humano de la educación, en la formación de la conciencia moral, en la capacidad de discernir entre el bien y el mal" [2]

El punto más importante del proceso educativo es la voluntad del individuo, para que sea capaz de tomar resoluciones libres, regidas por las normas y valores éticos y morales.

El proceso educativo es bastante largo complejo, en el que pasamos básicamente por tres fases:

  • La educación como desarrollo: en esta fase es el educador quien impulsa los cambios en los conocimientos en el educando.
  • La educación como disciplina surge cuando este desarrollo no se deja a su libre albedrío sino que se guía para controlarlo o estimularlo.
  • La educación como formación: el educador busca transmitir conocimientos y orientaciones a su discípulo. [3]

Son muchos los autores que han tratado de definir la educación, y que en estos intentos han surgido muchas definiciones, formas y tipos de educación, a continuación se presenta un resumen con las definiciones que dan algunos autores:

  • "La educación es la formación del hombre por medio de una influencia exterior consciente o inconsciente, o por un estímulo que si bien proviene de algo que no es el individuo mismo, suscita en él una voluntad de desarrollo autónomo conforme a su propia ley. [4]
  • Gastón Mialaret, en su obra Ciencias de la Educación, señala tres sentidos como parte del proceso educativo; siendo el primero los llamados mass media o la denominada educación francesa (andragogía, educación religiosa, animación cultural, etc). El segundo sentido es el de la educación como resultado de una acción que prepara a los jóvenes adaptándolos a la vida, más que a la preparación intelectual que reciben en las instituciones escolares formales. El tercer sentido al que hace referencia el autor se refiere a la retroalimentación que se da entre al menos dos individuos inmersos en el proceso educativo.
  • Ortega y Gasset hace referencia a Kerschensteiner, quien dice que el fin general de la educación es educar a ciudadanos útiles que sirvan a los fines del Estado y de la Humanidad. Ortega y Gasset niega esto, habla de la formación del ciudadano como uno de los tantos fines de este proceso, haciendo referencia a todos los aspectos de la vida del individuo. Si educamos con la intención única de formar ciudadanos útiles a los fines del estado, se forman individuos para el ayer.
  • José Gimeno hace alusión al correcto uso y distribución de los recursos educativos.
  • Según Suchodolski, para argumentar el desarrollo de la civilización, surgen dos tendencias: la tradicionalista, inspirada en las costumbres heredadas de las generaciones anteriores y recriminando el progreso de la civilización. Y la segunda tendencia es la modernista, quienes defienden y apoyan el desarrollo de la civilización, así como el progreso tecnológico. Cada tendencia tiene su propio punto de vista con respecto al concepto de educación: la tradicionalista se atiene a la tradición pedagógica en el propósito de edificar sobre sus bases al hombre eterno. Su programa de enseñanza se basa en la enseñanza de los idiomas modernos, el conocimiento de la cultura antigua y en los valores perennes. La modernista adapta los conocimientos de la nueva generación a las condiciones de vida modeladas por la estructura capitalista.[5]

"La formación del hombre no puede abstraerse de la realidad social concreta en el marco de la cual discurre la existencia humana, no puede prescindir en una palabra de la realidad del mundo actual. La tarea de educar a los hombres se trata de prepararlos para que sean capaces de asumir una actividad social valiosa y fecunda a través del desarrollo multifacético de su personalidad. En una palabra, la preparación a la vida no puede encerrarse en las categorías de la adaptación y el éxito material.[6]

Según Jösef Gottler, en su obra Pedagogía Sistemática, el fin general de la educación es que el educando llegue poseer la capacidad y la buena voluntad necesarias para llevar una vida valiosa dentro de los círculos que circunscriben la existencia humana... el ideal de la educación hay que cifrarlo en una saludable armonía del saber, el querer y la destreza deben sintonizarse mutuamente y a los que hay que conceder mayor menor predominio según sean las aptitudes individuales y la profesión y estado de vida que estas aconsejen elegir"[7]

Como ya se ha visto la educación o proceso educativo se da a lo largo de nuestras vidas y que crea un cambio en nuestros conocimientos. El Estado es el encargado de garantizarle a los venezolanos la educación para todos y cada uno de nosotros, estableciendo la educación como un derecho igual para todos como lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en los siguientes artículos:

"Artículo 102. La educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática gratuita y obligatoria. El Estado la asumirá como una función indeclinable y de máximo interés en todos sus niveles y modalidades... está fundamentada en el respeto a todas las corrientes de pensamiento, con la finalidad de desarrollar el potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática basada en la valoración ética del trabajo y en la participación activa, consciente, conciente y solidaria en los procesos de transformación social consustanciados con los valores de la identidad nacional...

Artículo 103. Toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones de las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones... es obligatoria en todos sus niveles desde el maternal hasta el ciclo medio diversificado... gratuita hasta el pregrado universitario... la ley garantizará igual atención a las personas con necesidades especiales o con discapacidad y a quienes se encuentren privadas de su libertad o carezcan de condiciones básicas para su incorporación y permanencia en el sistema educativo...

Artículo 104. L educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica..."[8]

Pero EDUCACIÓN es mucho más de lo que se ha escrito en este pequeño intento por definirla, porque creo que la educación formal o informal, cósmica o sistemática, intencionada o no, debe preocuparse por la formación de individuos integrales, capaces de desarrollar una carrera profesional , así como de vivir en una sociedad dentro de sus valores éticos y normas morales.

Educar a un individuo, a una sociedad o a la humanidad misma, estamos inmersos en un proceso de formación que es el encargado de amplificar "el aprendizaje y proporcionar un contexto para el mismo en tres terrenos principales. En primer lugar está el conocimiento y cómo aplicarlo. La segunda categoría es el aprendizaje de habilidades. El último terreno es el aprendizaje de valores y actitudes... los resultados del aprendizaje son claros: mejor rendimiento, nuevas habilidades, nuevos conocimientos y nuevas actitudes"[9], más o menos en la misma línea está Jacques Delors cuando dice que la educación debería llevar a cada persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades creativas.

Los cuatro pilares de la educación

  • Aprender a conocer, combinando una cultura general suficientemente amplia con la posibilidad de profundizar los conocimientos en un pequeño número de materias. Lo que supone, además, aprender a aprender para poder aprovechar las posibilidades que ofrece la educación a lo largo de la vida.
  • Aprender a hacer, a fin de adquirir no solo una calificación profesional sino, más generalmente, una competencia que capacite al individuo para hacer frente a gran número de situaciones y a trabajar en equipo...
  • Aprender a vivir juntos. Desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de interdependencia, respetando los valores de pluralismo, comprensión mutua y paz.
  • Aprender a ser para que florezca mejor la propia personalidad y se esté en condiciones de obrar con creciente capacidad de autonomía de juicio y de responsabilidad personal.[10]

Esto es educación, formar, desarrollar y capacitar todos y cada uno de los aspectos de la personalidad del individuo, para hacerlo productivo a nivel personal como profesional; individual o en conjuntos, como hombre/mujer o como ciudadano.

PEDAGOGÍA

Algunos autores la definen como ciencia, arte, saber o disciplina, pero todos están de acuerdo en que se encarga de la educación, es decir, tiene por objeto el planteo, estudio y solución del problema educativo; o también puede decirse que la pedagogía es un conjunto de normas, leyes o principios que se encargan de regular el proceso educativo.

El término "pedagogía" se origina en la antigua Grecia, al igual que todas las ciencias primero se realizó la acción educativa y después nació la pedagogía para tratar de recopilar datos sobre el hecho educativo, clasificarlos, estudiarlos, sistematizarlos y concluir una serie de principios normativos.

Etimológicamente, la palabra pedagogía deriva del griego paidos que significa niño y agein que significa guiar, conducir. Se llama pedagogo a todo aquel que se encarga de instruir a los niños. Inicialmente en Roma y Grecia, se le llamó Pedagogo a aquellos que se encargaban de llevar a pacer a los animales, luego se le llamó asó al que sacaba a pasear a los niños al campo y por ende se encargaba de educarlos.

Ricardo Nassif habla de dos aspectos en los que la pedagogía busca ocuparse del proceso educativo; el primero es como un cuerpo de doctrinas o de normas capaces de explicar el fenómeno de la educación en tanto realidad y el segundo busca conducir el proceso educativo en tanto actividad.

Otros autores como Ortega y Gasset, ven la pedagogía como una corriente filosófica que llega a ser la aplicación de los problemas referidos a la educación, de una manera de sentir y pensar sobre el mundo. La Pedagogía como ciencia no puede consistir únicamente en un amontonamiento arbitrario de reivindicaciones, convicciones y experiencia relativas a la educación. La pedagogía en su total sentido ha de abarcar la totalidad de los conocimientos educativos y adquirirlos en fuentes examinada con rigor crítico y exponerlos del modo más perfecto posible, fundándolos en bases objetiva e infiriéndolos, siempre que se pueda en un orden lógico.

Se presenta un conflicto al momento de definir Pedagogía: ¿Es una ciencia, un arte, una técnica, o qué? Algunos, para evitar problemas hablan de un "saber" que se ocupa de la educación, otros como Luis Arturo lemus )Pedagogía. Temas Fundamentales), en búsqueda de esa respuesta exploran varias posibilidades:

1.- La pedagogía como arte: este autor niega que la pedagogía sea un arte pero confirma que la educación si lo es. Arte: "modo en que se hace o debe hacerse una cosa. Actividad mediante la cual el hombre expresa estéticamente algo, valiéndose, por ejemplo, de la materia, de la imagen o todo. Cada una de las ramas en que se divide una actividad"[11]. Lemus dice "la pedagogía tiene por objeto el estudio de la educación, esta si puede tener las características de una obra de arte...la educación es eminentemente activa y práctica, se ajusta a normas y reglas que constituyen los métodos y procedimientos, y por parte de una imagen o comprensión del mundo, de la vida y del hombre para crear o modelar una criatura humana bella... cuando la educación es bien concebida y practicada también constituye un arte complicado y elevado, pues se trata de una obra creadora donde el artista, esto es, el maestro, debe hacer uso de su amor, inspiración, sabiduría y habilidad" [12]

2.- La pedagogía como técnica: por técnica, según el diccionario Kapelusz de la lengua española entendemos, un conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o arte [13]. La pedagogía puede, perfectamente y sin ningún problema ser considerada una técnica, pues son los parámetros y normas que delimitan el arte de educar.

3.- La pedagogía como ciencia: la pedagogía cumple con las características principales de la ciencia, es decir, tiene un objeto propio de investigación, se ciñe a un conjunto de principios reguladores, constituye un sistema y usa métodos científicos como la observación y experimentación.

Clases de pedagogía:

Pedagogía normativa: "establece normas, reflexiona, teoriza y orienta el hecho educativo... es eminentemente teórica y se apoya en la filosofía... Dentro de la pedagogía normativa se dan dos grandes ramas:

  • La pedagogía filosófica o filosofía de la educación estudia problemas como los siguientes:

1. El objeto de la educación.

2. Los ideales y valores que constituye la axiología pedagógica.

3. Los fines educativos.

  • La pedagogía tecnológica estudia aspectos como los siguientes:

1. La metodología que da origen a la pedagogía didáctica.

2. La estructura que constituye el sistema educativo.

3. El control dando origen a la organización y administración escolar."[14]

Pedagogía descriptiva: estudia el hecho educativo tal como ocurre en la realidad, narración de acontecimientos culturales o a la indicación de elementos y factores que pueden intervenir en la realización de la práctica educativa. Es empírica y se apoya en la historia. Estudia factores educativos: históricos, biológicos, psicológicos y sociales"[15]

Pedagogía psicológica: se sitúa en el terreno educativo y se vale de las herramientas psicológicas para la transmisión de los conocimientos.

Pedagogía teológica: es la que se apoya en la verdad revelada inspirándose en la concepción del mundo.

Fuentes y ciencias auxiliares de la pedagogía:

  • Pedagogía experimental: no es totalmente experimental pero se le llama así porque busca la observación directa y exacta de los procesos psíquicos-educativos y psíquico-instructivos y de desarrollar datos estadísticos.
  • Psicología y antropología: porque se encarga del estudio del comportamientos de los educandos.
  • La lógica como teoría general de investigación científica, la estética, didáctica especial, asignaturas escolares (ciencias de la naturaleza, del lenguaje, geografía, historia, matemáticas, conocimientos artísticos y técnicas)

CONCLUSIONES.

La pedagogía no puede existir sin educación, ni la educación sin pedagogía. A veces se tiende a confundir los términos o no tener claros los límites entre uno y otro, por eso, se considera necesario delimitar las semejanzas y diferencias entre una y otra.

EDUCACIÓN

PEDAGOGÍA

Acción de transmitir y recibir

Disciplina que se ocupa del estudio

conocimientos

del hecho educativo

Es práctica

Es teoría

Hecho pedagógico: educación

Hecho educativo: estar inmerso

intencional, científica y sistemática

en el proceso educativo consciente


o inconscientemente, intencionada


o inintencionadamente

Campos:

Etapas sucesivas:

1.- Arte educativo

1.- Como hecho real de carácter

2.- Filosofía educativa

natural-social-humano

3.- Didáctica o metodología

2.- Como reflexión filosófica

de la educación

3.- Como actividad tecnológica

Sin la pedagogía, la educación


no podrá tener


significación científica


BIBLIOGRAFÍA

Constitución de la república bolivariana de Venezuela. Caracas, Venezuela. Editorial La Piedra. 1999. 116 págs.

DELORS, Jacques. La educación encierra un tesoro. Madrid, España. Editorial Santillana, ediciones UNESCO. 1996. 320 págs.

Diccionario Kapelusz de la lengua española. Buenos Aires, Argentina. Editorial Kapelusz.1979. 1518 págs.

GAARDER, Jostein. El mundo de Sofía. Madrid, España. Ediciones siruela. 1994. 642 págs.

GIMENO, José. Teoría de la enseñanza y desarrollo del currículo. Madrid, España. Editorial Amaya. 1989. 238 págs.

GÖTTLER, Josef. Pedagogía sistemática. Barcelona, España. Editorial Herder. Segunda edición. 1962. 464 págs.

LEMUS, Luis Arturo. Pedagogía. Temas fundamentales. Buenos Aires, Argentina. Editorial Kapelusz. 1969. 352 págs.

LUZURIAGA, Lorenzo. Ideas pedagógicas del siglo XX. Buenos Aires, Argentina. Biblioteca Nova de Educación. 1954. 244 págs.

MIALARET, Gastón. Ciencias de la educación. Barcelona, España. Edirorial Olkoston. 1981. Segunda edición. 117 págs.

NASSIF, Ricardo. Pedagogía General. Buenos Aires, Argentina. Editorial Kapelusz. 1978. 305 págs.

O’CONNOR, Joseph y Seymour John. PNL para formadores. España. Edicioness Uranaña. 1996. Segunda edición. Traducción Jordi Mustieles.

SHEPARD, John. Sociología. México. Editorial Limusa. 2000. 296 págs.

SUCHODOLSKY

VILLARROEL, César. El currículo de la educación superior. Caracas. Dolvia. 1990.